¿Alguna vez te has preguntado cuál es la composición de tu neumático? ¿De qué materiales están hechas las ruedas? ¿Qué es lo que hace que sea tan resistente al climatología, a la cargas que soporta y a las velocidades a las que muchas veces los exponemos? Es la combinación de sus materiales y su forma lo que le proporciona su dureza y resistencia. Vamos a detallar de una forma un tanto generica su composición y la función de cada uno de los materiales que se emplean en su fabricación.
- Cobertura interior: es lo que sustituye a la cámara de aire y realiza la misma función. Se trata de una fina lámina de goma que envuelve la carcasa y le aporta resistencia al agua.
- Carcasa: Es el esqueleto del neumático y por ello lo más importante. Está formada por finos hilos que pueden ser de composición textil o de acero; estos están recubiertos de goma, y entre sus funciones está la de soportar la carga y la velocidad ayudándose de la presión. La carcasa contribuye a la estabilidad, la eficiencia energética y el rendimiento del neumático.
- Flanco: es la parte lateral, y por lo tanto el responsable de soportar la carga.
- Banda de rodadura: es la parte del neumático que está en contacto con el asfalto. Consiste en una gruesa capa de goma y es donde se puede apreciar el dibujo de la rueda. Proporciona adherencia a la calzada y una mayor resistencia a las agresiones externas y al desgaste.
- Dibujo: juega un papel clave para una conducción segura. Se encarga de recoger el agua cuando al calzada se encuentra mojada y ayuda en los cambios de conducción y a tener un buen control cuando el suelo está seco. Conducir con unos neumáticos sin un dibujo bien pronunciado puede ser motivo de accidente.
- Aro de talón: está compuesto por un cable que va cambiando de forma en función del tipo de rueda y de su tamaño. Es el responsable de fijar el neumático a la llanta y de soportar los esfuerzos del motor.